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22.10.11

Una roca









  


Eres como el algodón:
sencilla, un objeto y un adjetivo.

Estás siempre ahí:
en el rio, en la calle y en el jardín.

Parece que estás cansada:
no te mueves, no sonríes y no hablas.

Muchos se aprovechan:
te pisotean, te escupen y te patean.

Yo te recogí un día:
te limpié, te llevé y te admiré.

El tiempo pasó:
te olvidé, me olvidaste y nos olvidamos.

Alguien más te tomó:
no te negaste, te gustó y me engañaste.

Luego él te dejó:
sufriste, lloraste y volviste.

Él no sólo te dejó:
te humilló, te ensució y te lanzó.

Yo te vi venir:
triste, descuidada y fulminante.

Traté de atraparte:
tropezaste, no me viste y me golpeaste.

El golpe fue mortal:
corazón, amor y sentimiento.

Volverás de donde viniste:
al rio, a la calle y al jardín.

No te odio:
te amé, te amo y te amaré.

Te espero en otro rio:
perfilada, limpia y modesta.

Pero te noto:
dura, áspera y orgullosa.

Aún así pienso:
eres bella, única y te amo.