En la mañana llegó la primera,
al mediodía la segunda y
a la hora del café la tercera.
No trajeron pan ni galletas ni confites;
sólo vinieron sin avisar.
La primera atropelló al gato
y este dio un alarido.
La segunda derramó fresco sobre el mantel.
La tercera botó el florero.
Ninguna se disculpó.
En la noche durmieron juntas
en el suelo.
A la mañana siguiente
se sintieron adoloridas.
Todo por venir,
y sin avisar.