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3.3.13

Torero

 
Con su traje color pastel
y bordado en hilos dorados
sale a la arena el torero;
la bestia,
a luchar contra la bestia
que en la manga espera.
 
Aparece el toro y arremete
contra la tela colorada y ligera
que el torero porta en su mano
cual motor de guerra.
 
El toro embravecido
secunda el plan del matador
quien espera la fatiga del bovino
con la espada en dirección.
Primero clava las banderillas
en el dorso del torito:
dos blancas y dos azules;
y el ensangrentado cae al piso.
 
Jadeante se halla la bestia
(cada vez menos bestia).
 
El torero, por su parte,
en su posición de caballero erguido,
luce remilgado sus zapatillas
pero el amor de su dios ha perdido.
 
El hombre se hinca sobre la arena
y emite su plegaria perversa:
un “Ole” se escucha en la gradería
aunque la culpa no sea de ésta.
 
De una estocada,
el torero,
venció al toro pardo:
el ingenuo de casta presunta.